Autunno: come affrontare il cambio di stagione

Otoño: cómo afrontar el cambio de estación

El cambio de estación siempre es un momento delicado para nuestro organismo: ya sea que nos dirijamos hacia la bella temporada, o (de hecho, quizás aún más) que avancemos a grandes pasos hacia el invierno, el cambio de los ritmos naturales puede provocar una serie de trastornos.

El cambio de estación en otoño, en particular, nos pone a prueba con los días que se acortan, una menor cantidad de luz solar y con los cambios de temperatura que pueden ser también muy acentuados: a días casi veraniegos se alternan a menudo bruscos descensos de temperatura que nos acercan decididamente al invierno. Una situación que incide en el ciclo del sueño, que puede verse perturbado y poco reparador, en el ánimo, en la vitalidad y también en el sistema inmunológico, que puede resultar debilitado justo en el momento en que más necesitaríamos una respuesta rápida a los ataques externos.

Suplementos para afrontar el cambio de estación en otoño

Como suele ocurrir, la naturaleza nos ofrece una amplia gama de posibilidades para reducir los efectos secundarios del cambio de estación otoñal gracias a una serie de remedios que pueden resultar realmente efectivos. Hemos hablado de un sistema inmunitario debilitado, por lo que el pensamiento va inmediatamente a la Vitamina C, que siempre se ha asociado con la prevención de resfriados y otros trastornos típicos de esta temporada: una excelente fuente de Vitamina C natural es la Acerola, cuya integración puede ayudarnos a superar indemnes el cambio de estación.

Hemos hablado a menudo también de la Vitamina D, cuyo papel como coadyuvante del sistema inmunitario está cada vez más reconocido: dado que se trata de un elemento que nuestro cuerpo produce con la exposición al sol y que es difícil de encontrar en fuentes alimentarias, es fácil imaginar cómo el acortamiento de los días y la disminución de la vida al aire libre afectan la producción de Vitamina D.

¿Otros remedios? Podemos mencionar la Aloe Vera, riquísima en vitaminas y minerales, que tiene un efecto revitalizante y ayuda a estimular la eficiencia del sistema inmunitario. También la Echinacea es útil para reforzar nuestras defensas, mientras que la Curcuma, especialmente si se toma en forma de fitocomplejo, funciona como un antibiótico natural.

Otro de los efectos típicos del cambio de estación en otoño es la falta de energía: para reponerla, podemos optar por ejemplo por el Ginseng, cuyas propiedades energizantes son conocidas desde hace mucho tiempo.

Para afrontar los trastornos relacionados con el ciclo del sueño, podemos confiar en la pasiflora, que tiene un efecto calmante y puede favorecer un sueño profundo y reparador, que realmente nos restaure y nos permita enfrentar con la energía necesaria el día que comienza. A menudo, de hecho, no es necesario sufrir de una verdadera insomnio para experimentar los síntomas relacionados con una mala calidad del sueño: noches inquietas, despertares incluso de corta o brevísima duración, estrés, nerviosismo pueden influir de manera relevante en nuestro descanso.

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