Contra traumatismos y esguinces, prueba la eficacia de la árnica
Traumas y distensiones son la pesadilla de todo deportista y no solo: para contrarrestar el dolor y la hinchazón es posible contar con la eficacia de un remedio fitoterapéutico derivado de la árnica montana.
La árnica es una planta perteneciente a la familia de las asteráceas, crece en zonas colinas y montañosas y es común en la zona montañosa de Europa central, en los Alpes y en los Apeninos. Sus flores son de un amarillo intenso que tiende al naranja y la floración tiene lugar en los primeros meses del verano. En fitoterapia se utilizan diferentes partes de la planta: el rizoma, las raíces y también las flores.
Se le llama también “hierba de las caídas” precisamente gracias a sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas.
El árnica montana para atenuar el dolor de traumas y esguinces
Aunque sus propiedades son conocidas desde el tratado “De arboris” de la monja benedictina Hildegarda von Bingen (1098-1179) precisamente como cura contra contusiones, edemas y dolores articulares, es solo en 1500 que se menciona en los tratados médicos, en particular en el tratado del médico alemán Theodorus Jacobus Von Bergzabern.
El árnica se utiliza para uso tópico, sobre la piel intacta, en caso de contusiones, reumatismos, flebitis, dolores osteoarticulares, edemas por trauma. Debe su eficacia a la presencia de flavonoides, triterpenos y de elenalina que es capaz de inhibir los procesos inflamatorios.
El árnica: un remedio eficaz contra esguinces y contusiones gracias a sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas
Junto a las propiedades antiinflamatorias se deben indicar virtudes analgésicas y antiedematósicas, es decir, contribuye a reducir el dolor y la hinchazón postraumática.
El árnica es indispensable para quienes practican deportes, puede ser utilizada antes del entrenamiento con un masaje tonificante para preparar los músculos para el esfuerzo, o después de un entrenamiento particularmente intenso para proporcionar una sensación de frescura y ligereza, disminuir la acción del ácido láctico, reducir la inflamación y calmar el dolor debido a microtraumas, siempre posibles, por ejemplo, durante la carrera.
El árnica: ¿mejor en pomada, gel o spray?
Existen diferentes preparaciones a base de árnica: su eficacia está relacionada con la concentración del principio activo.Cuanto mayor sea la concentración, más efectiva será la preparación. La cantidad de principio activo está indicada en los envases, por ejemplo, de geles y pomadas, que son dos de las posibles formas en las que está disponible la árnica. ¿En qué forma es mejor tomarla? Depende de nuestras preferencias, de la zona en la que se aplique y del tipo de piel. Existen diferentes tipos de preparación, desde la tintura madre, al gel, al ungüento, a la pomada hasta formulaciones en spray.
Veamos las diferencias: la tintura madre es un extracto hidroalcohólico, se presenta en forma líquida, en el caso de la árnica no debe ser utilizada en pureza sino diluida 1:5 con agua y no debe ser ingerida; el ungüento es una preparación a base de aceite, particularmente adecuada para pieles secas, de fácil aplicación con un mínimo contenido de agua; la pomada, también a base de una sustancia grasa, tiene un porcentaje de agua mayor y se adapta bien a todos los tipos de piel; en el gel, el porcentaje de agentes líquidos, generalmente agua, es mucho más alto, lo que resulta en una absorción más rápida y la reducción de posibles residuos. El gel suele proporcionar una inmediata sensación de frescura que amplifica los efectos analgésicos y antiinflamatorios de la árnica. También existe la posibilidad de utilizar preparados de árnica en spray.El uso de esta preparación es particularmente ágil porque no deja residuos, puede ser utilizada sobre los vendajes, no renuncia a la eficacia, especialmente si la concentración del principio activo es alta, y es agradablemente fresca.
Una curiosidad: la árnica también se llama tabaco de montaña, o tabaco de los Vosgos, porque en tiempos pasados sus hojas secas se utilizaban como tabaco de nariz. La árnica, a menos que esté en preparaciones homeopáticas, prevé exclusivamente un uso externo: recordemos, por lo tanto, no ingerirla nunca.







